“Hasta el 75% de los pacientes que se someten a prostatectomía radical presentan problemas de disfunción eréctil”

El Dr. Dorón Vantman explica cómo debiera ser el abordaje para evitar la disfunción eréctil en aquellos pacientes que se someten a una prostatectomía radical y que desean mantener una vida sexual placentera, tras el tratamiento quirúrgico.

La prostatectomía radical puede producir disfunción eréctil, ya que los nervios que producen la erección se encuentran en estrecha relación con la próstata y las vesículas seminales, las cuales se pueden dañar al momento de la cirugía. Así lo advierte el Dr. Dorón Vantman, jefe de la unidad de Alteraciones Eyaculatorias de la Fundación Puigvert.
Según sus palabras, existen diferentes técnicas que se han ido desarrollando para tratar de disminuir estos riesgos, principalmente la preservación de una o de las dos bandeletas neurovasculares.
“Sin embargo, esto solo es posible dependiendo de cada paciente y el estadío oncológico en que se encuentre”, aclara.

El Dr. Vantman señala que la disfunción eréctil va a depender de múltiples factores, tales como la edad del paciente; la función eréctil previa, al estadío oncológico; si se trata de un cáncer de próstata de bajo, intermedio o alto riesgo de recurrencia bioquímica; y, obviamente, de la experticia del cirujano.
“En términos generales, hasta el 75% de los pacientes que se someten a prostatectomía radical presentan un problema de disfunción eréctil posterior”, enfatiza.
Además de la disfunción eréctil, el procedimiento genera alteraciones eyaculatorias, como el «orgasmo seco» debido a la ausencia de líquido seminal. También pueden presentarse disorgasmia, climaturia en el momento del orgasmo y cambios en la anatomía del pene, como acortamiento o Enfermedad de Peyronie.

Evaluación previa y abordaje temprano

El Dr. Vantman hace hincapié en la importancia de conversar con el paciente previo a la cirugía para saber si está interesado o no en el área sexual. “Si no está interesado, entonces todo esto lo podemos descartar”, añade.
Según el especialista de la Fundación Puigvert, uno de los principales errores que ocurren es que los pacientes no manifiestan interés sexual cuando tienen complicaciones o cuando presentan incontinencia. Por lo tanto, tras la cirugía, se difieren las erecciones, haciendo que finalmente los resultados a los tratamientos sean peores.
“Es fundamental comenzar precozmente con la estimulación del pene y producir erecciones, ya que este tiene una musculatura lisa y que, en caso de haber ausencia de erecciones, hará que la respuesta al tratamiento sea menor”, explica.

error: ¡¡El contenido está protegido!!
Scroll al inicio